EL GENIO DE LA PIEDRA
Hace mucho tiempo, en el
Antiguo Egipto, un niño muy pobre llamado Thabit soñaba con ser escriba del
faraón Ramsés II. Todos le decían que nunca lo conseguiría, que sus padres no
eran escribas, que solo eran unos humildes campesinos.
Thabit no hacía caso a los
demás, así es que siguió estudiando, pero un día que estaba dando un paseo al
lado de las pirámides de Gizah, muy triste, casi por rendirse, encontró una
piedra muy sucia en el camino. No era muy bonita pero él decidió que sería su
amuleto. Cuando llegó a su casa decidió limpiarla un poco. La frotó para
quitarle el polvo y de repente salió un genio de la piedra. El genio le dijo
que podía concederle un solo deseo, un
consejo para toda su vida.
Thabit estuvo de acuerdo
pero no creía que un consejo le ayudara
mucho. El genio le repondió que estaba muy equivocado, el consejo fue “no debes rendirte cuando algo te sale mal”.
A partir de ese momento Thabit dobló su
esfuerzo ante todas las tareas que tenía por delante y cuando alcanzó los 40 años de vida, fue
nombrado el gran escriba de Ramsés II.
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